El día a día
Te quiero y me gustas

Te miro y me gustas.
Y me gustas si te vuelvo a mirar.
Te observo, te vivo, te veo y no te dejo de observar.
Y veo lo que yo veo, lo que a simple vista se ve:
que te quiero como se quiere cuando no se deja de querer y se respira profundo, con los ojos cerrados, absorto, emotivo, meditabundo, sincero. Profundamente enamorado.
Te miro y me encantas.
Y me encantas si te vuelvo a ver.
Te admiro, te huelo, te siento y no te dejo de avistar.
Te veo en la lejanía y entre las olas del mar, te veo en mis pensamientos ocultos, donde siempre has estado, absorto, emotivo, meditabundo, sincero. Profundamente enamorado.
Te contemplo y me arrastras.
Y me arrastras en mi contemplación.
Te adoro, te quiero, te sigo con devoción.
Y continúo por mi camino, el que la vida me da, el que me arrulla en tus sueños, esa nueva realidad que has abierto ante mis ojos. El que me hace temblar cuando te veo y, tímido, me sonrojo
Que te admiro como lo hace el alma, Sin cuerpo, sin días, sin espacios, tan solo con la calma y los nervios de volverte a ver. Absorto, emotivo, meditabundo, sincero. Con esas ganas locas de quererte querer.
28 de noviembre de 2021
Trocitos

TROCITOS
Te pienso, pero no te encuentro. En mis sueños me haces despertar. Tus susurros ahora se los lleva el viento, ya no queda sal en tu mar ni nostalgia en mis rimas ni magia en tu forma de contarme las cosas; no hay milagros que le den la vista a quien decide no mirar y observarse por dentro, que le den amor a quien no supo amar ni sentirse amado, no hay rescate para quien se quiere ahogar.
Preguntas porque tienes miedo, lo sé.
En mi recuerdo vivirás siempre como eras antes.
Olvidaré.
No me marcho porque ya me he ido. No me quedo donde no puedo estar. Pertenecemos a momentos distintos, mundos desiguales, no somos tú y yo, somos otros.
¿No comprendes que ya no existe el nosotros, que rompiste el pacto del corazón? ¿No percibes que mis ojos rojos sudan sangre de tanto y tanto dolor?
Te miro pero no me miras, te hablo pero no sabes escuchar, te amo como solo el alma sabe hacerlo, pero no conoces la fuerza, la vida imponente de tu espíritu inmortal y te pierdes, te extravías, te caes por dentro, te desmoronas y haces que los segundos, que transcurrían lentos, simplemente se agoten.
Enjuga tus lágrimas y no me preguntes lo que solo tú puedes responder.
Te lo dije y te lo repito mil veces: sí, te esperaré, claro que te esperaré.
07 de diciembre de 2021
COMPRA EL LIBRO
AFECTUOSAMENTE, CON DESPRECIO.

Sentado, tranquilo, ensimismado en mis pensamientos veo a la gente pasar. Es un día de esos hermosos de invierno en los que los rayos de sol acarician frívolamente tu cuerpo y te recuerdan que la primavera se está preparando para explotar con esplendor.
Acomodado en un viejo banco de madera presuntamente donado por alguna institución sinónimo de lucro, observo impasible el paseo repetitivo de los grupos y parejas que recorren las sendas y caminos del parque, entre árboles perennes, setos desiguales y alguna que otra fuente.
Un grupo no muy grande de hombres y mujeres cercanos, por arriba o por abajo, a mi edad, se suma al ritual del paseo circular que tantos otros mantienen.
De sus labios, sólo palabras vanas, reproches y sentencias. De sus gestos, únicamente insatisfacción; de sus rostros...¡Qué se puede decir de sus rostros! La nada.
¡Qué cuánto daña la palabra que fulanos pronuncian sobre ti!
¡Qué eficaz arma el verbo injusto de la insatisfacción!
¡Qué dolor tan corrosivo si te dejas engañar!
Aunque ciertamente, a mí, lo que esos digan, me da igual.
Habla de mí
cuando tu vida sea un ejemplo.